lunes, 8 de diciembre de 2014

CAMPANAS DE LA ESPAÑA TAÑEN

Foto de Manolo Fernández.

CAMPANAS DE ESPAÑA TAÑEN

ODA A LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES BEATIFICADOS EN TARRAGONA

Campanas de las campiñas,
Campanas de España,
Campanas de España, ...

Campanas de los montes,
Campanas exorcísticas,
Campanas que ahuyentan
demonios y nubarrones.

Campanas, plegaria de bronce,
Campanas de toda España,
A los toques y retoques.
Campanas terrenas
fraguadas para alabanza
de Su Santo Nombre.
Campanas alborozadas
Pronuncian sus nombres,
En el lenguaje angélico
Del badajo poderoso
Que percute en el bronce.

Ellos murieron confesando,
Campanas, a Dios Vivo
Uno y Trino, Hostia Cristo,
Cristo Rey y Hostia.
Ellos permanecieron fieles
Contra los afilados aceros
de la sentina satánica y sus logias,
y la hoz del hierro soviético.

Ellos murieron como Corderos,
Ellas murieron como Palomas.
Iglesia Militante, Holocausto
Y ofrenda, sin guardarse se dieron
A Quien, campanas, vosotras alabáis
En la tierra haciendo eco en los Cielos.

En vuestros tañidos, campanas
De la España, alzáis los acentos
Implorando al Altísimo Señor,
Dios de los Ejércitos;

Dios Padre de Hispania Eterna;
Donde reinará, según promesa,
El Sagrado Corazón de Dios Hijo
Y confortará, por los siglos de los siglos,
Dios Espíritu Santo, nuestro Consuelo;
Nación Eterna, elegida de Dios
Por las manos de María Reina,
Campanas de España,
Mejor que todo verso
Son vuestras lenguas.

Voltead las campanas,
Monagos de España.
Alborocen sus metálicas resonancias
El silencio y la vivienda de los hombres;
Recuerden las Campanas
A la Legión celestial y triunfante,
A cada uno de los que Dios ha dado
En secreto un nombre
que no podrá profanar jamás nadie.
La Legión de mujeres y hombres
Que visten albas túnicas talares,
Las centurias arrolladas en la tierra
Que mudaron su terrena morada
(Aquende los sufrideros mortales)

Por la célica vivienda imperecedera,
Aquélla, horra de dolor, donde no muerden
Las ráfagas restallantes de la metralla.

Las centurias radiantes, espléndidas
De nuestros Mártires, Gloria de la Iglesia
Y de fe probada en la molienda.

Campanas que no tañeron
Cuando sus verdugos los degollaron:

En los campos, en las cunetas,
En los claros, entre las hileras de olivos,
En los ejidos
Y en los descampados,

Brotándoles rosas de sangre

En las frentes y en el tórax.
Campanas que no tañeron
Mientras sus cuerpos

A la intemperie

Quedaron sin sepelio.

Tañed ahora, Campanas,

Campanas de las espadañas,
Fuertes bronces preclaros,

Tañed Campanas de España:
Todo el Mundo sabrá ahora
Que sus vidas fueron segadas,
Sus cuerpos pudieron herir los malos,
Sus cadáveres hedieron efímeros,
Pero vosotras, campanas,
Proclamáis que todos ellos se salvaron

Y en sus Cuerpos Gloriosos no hay vestigio
De la ferruginosa sangre generosa
Que derramaron valientes por Cristo.

Santos Mártires de España,
Los ángeles os reverencian,
Y ángeles hay
Que, a no ser criaturas angélicas,
Obispos, Sacerdotes,
Monjes y Monjas,

Seglares de España ser quisieran
Para morir como semilla que cae en tierra

Y florecer en el paradero eterno de la Gloria.



Manuel Fernández Espinosa

12 de octubre de 2013.

domingo, 7 de diciembre de 2014

SONETO A LOS HUESOS DE FRANCISCO DE QUEVEDO


 
 
SONETO A LOS HUESOS DE FRANCISCO DE QUEVEDO

  Manuel Fernández Espinosa

Este caballero que fue de España gloria
lució una cruz de Santiago en su pecho,
y besó un crucifijo en su postrer lecho
para pedir perdón por toda su vanagloria.

 
Es la vida un alternar como una noria,
y en su retornar todo es un deshecho,
así estos huesos vencidos por el hecho
son reliquias de un español y la Historia.

Es Don Francisco de Quevedo hoy huesos
pero ayer ingenio y grande para mañana,
más fino que todos los perros sabuesos

él supo ver cómo todo honor y hazaña
no conducen a otra cosa que al embeleso,
pero más allá de la ceniza amó a España.

martes, 2 de diciembre de 2014

LA EPOPEYA VILIPENDIADA: LOS REALISTAS HISPANOAMERICANOS (X)




LEANDRO CASTILLA Y MARQUESADO

Caballero tradicionalista,
De Tarapacá,
Defensor a ultranza,
Del Perú virreinal.

Como Blas de Ostolaza,
Su lógica causa continuó,
En la España carlista,
Por la que tanto bregó.

Último gobernador de Morella,
Intacto en honor y lealtad,
Leandro Castilla y Marquesado,
Tu nombre no se debe olvidar.

Porque entre “ayacuchos” y repúblicas,
Y siempre contra el liberalismo,
La legitimidad es el ejemplo,
Y tu ejemplo es el camino.




Antonio Moreno Ruiz 



LA EPOPEYA VILIPENDIADA: LOS REALISTAS HISPANOAMER...
LA EPOPEYA VILIPENDIADA: LOS REALISTAS HISPANOAMER...

DEL ÁFRICA ESPAÑOLA (XI)

Imagen de www.spain.info


DE ORÁN A CEUTA

Mogataces de Orán,
se trasladan a Ceuta,
dejando a los turcos,
en su natal tierra.

Mogataces leales por
los enhiestos peñones,
que entre África y Europa,
son siempre españoles.

Entre Vélez de la Gomera y
Alhucemas han ido inscribiendo
un nato heroísmo,
de marítimo sueño.

Mediterráneo y Atlántico,
Mazalquivir y Orán,
banderas y espadas,
acrisolada lealtad.

Hablando en tamazight,
ante los lusos blasones,
llegan los mogataces,
bereberes españoles.

De Orán a Ceuta,
la epopeya de la tradición,
el brindis del servicio,
la jerarquía del honor.



Antonio Moreno Ruiz



LA IZQUIERDA Y EL ÁFRICA ESPAÑOLA

lunes, 1 de diciembre de 2014

EL RETORNO A CASA / DIE HEIMKEHR

Georg Trakl
Traducción: Manuel Fernández Espinosa

EL RETORNO A CASA
Segunda versión.

La frescura de los lóbregos años,
Dolor y Esperanza
custodiados por la cima ciclópea,
por las despobladas montañas,
el otoño de dorado hálito,
por vesperales nubes;
¡Pureza!

Contempla con azules ojos
la cristalina infancia;
bajo foscas píceas
Amor, Esperanza,
como de febriles párpados
sobre seca yerba el rocío se derrama;
¡Inexorable!

¡Oh, el áureo andamio
que se quiebra en la nieve
del profundo!
¡Frescura azul
inhala en noche el valle,
Fe, Esperanza!
¡Solitario camposanto, a ti te saludo!


Die Heimkehr
2. Fassung.

Die Kühle dunkler Jahre,
Schmerz und Hoffnung
Bewahrt zyklopisch Gestein,
Menschenleeres Gebirge,
Des Herbstes goldner Odem,
Abendwolke -
Reinheit!


Anschaut aus blauen Augen
Kristallne Kindheit;
Unter dunklen Fichten
Liebe, Hoffnung,
Daß von feurigen Lidern
Tau ins starre Gras tropft -
Unaufhaltsam!


O! dort der goldene Steg
Zerbrechend im Schnee
Des Abgrunds!
Blaue Kühle
Odmet das nächtige Tal,
Glaube, Hoffnung!
Gegrüßt du einsamer Friedhof!